2010-12-18

BANQUERO

Algunos pensamos que si las protestas sociales son dirigidas desde entes profesionales, llámese sindicatos, fundaciones de peso u otras iniciativas no calan lo suficiente como para movilizar al grueso de la gente. Entre otras razones se debe a que pese a la que está cayendo nadie se siente identificado con campañas que parecen producto de un márketing rancio, forzado y que no conecta. Hay otros que piensan que no se van a mover para seguir justificando las acciones de sindicatos que no sirven ni para convocar huelgas.

La cosa cambia cuando la iniciativa emana de la preocupación directa de la gente. Esto sí que hace temblar a los que sin titubeos, venden y privatizan el erario público. Emergen tímidas expresiones organizadas por colectivos civiles sin otra pretensión que señalar con el dedo y sin tapujos a los verdaderos gestores (de gestar) la situación económica actual. 

Pese a los enormes esfuerzos de los poderosos de romper el tejido social empieza a amanecer una concienciación entre aquellos que deseamos tener la batuta de nuestras propias vidas y desterrar para siempre la dictadura de clases dominantes.
De esto a la manifestación espotánea solo hay un paso.

La indignación se traslada a la calle, la protesta está en la calle.



1 comentario:

Javier dijo...

Yo creo q me parto de risa.
Gradísimo descubrimiento. Lo comparto ahora mismo en mi blog.

Un abrazo