Hace algún tiempo, leí un texto de Alejandro Jodorowsky donde destacaba el poco sentido común que corren en estos tiempos.
Decía más o menos que ésta época es la de la tecnología, la razón aplicada a la producción de bienes que facilitan en gran medida el modo de vida de los habitantes de este planeta. Somos la generación que vive de los resultados de la ciencia. Ésta se aplica a todas las facetas de nuestras vidas. Así dicho parece que el sentido común domina nuestras vidas...
El ser humano no es inteligente, posee cierto grado de inteligencia que no es lo mismo.
Un ser inteligente, por ende, debe ser aquel que se guíe por su sentido común, llevando éste, el menos común de los sentidos, a su vida cotidiana.
Un ser inteligente, por ende, debe ser aquel que se guíe por su sentido común, llevando éste, el menos común de los sentidos, a su vida cotidiana.
Si esta afirmación es correcta (al menos es lógica) y miramos las acciones de nuestros queridos iguales y las nuestras mismas, nos podremos dar cuenta de las pocas veces que esto ocurre.
Para empezar, me suena a poco razonable que la riqueza de este planeta esté tan mal repartida, concentrándose en unos pocos (por mucho que nos quejemos entramos en ese grupo). El 80% de la población mundial pasa hambre y no puede siquiera acceder a artículos de primera necesidad. La cosa es que repartiendo las riquezas podríamos vivir todos bien.
Los potentados, económicamente hablando, acaparan la mayor parte de las riquezas, alcanzando fortunas que no podrían gastar ni en varias vidas enteras aun viviendo en el más absoluto de los lujos.
Mientras la gran mayoría de la población mundial no tiene ni para comer, aquí en el primer mundo, unos hacen dietas de adelgazamiento y otros sucumben de enfermedades cardiovasculares a causa de sus obesidades. La neurosis estética en la que vivimos provocan muertes por inanición como es el caso de los enfermos de anorexia.
Muchas veces se achaca el problema de la alimentación a la superpoblación que sufre el planeta, sin embargo, no hay políticas eficientes que se encarguen de un modo serio y preciso de controlar la demografía.
Es más, algunos sectores de las clases dirigentes y religiosas cuyos nombres me niego a escribir, se pondrían las manos en la cabeza con solo oír una afirmación de este tipo.
Nuestra ceguera racional nos deja a la deriva y la sazón de una clase política que vive al margen de la vida de la mayoría de nosotros y que en vez de tomar decisiones que nos beneficien a todos, se posicionan en opiniones inamovibles. Grupos que beligeran para justificarse, capaces de mirar con el aumento de una lupa tergiversadora las opiniones y acciones de sus rivales y sin embargo trivializar con sus propios errores. Gobernantes que ni siquiera son filósofos y que interponen sus henchidos egos a los intereses de sus votantes.
La ciencia ortodoxa, basada en el pensamiento aristotélico, tampoco es muy coherente. El espectro que cubre este segmento del saber es parcial y no total. Solo se encarga de estudiar aquellas cuestiones que cree políticamente correctas, dejando atrás otras tachadas de embarazosas. No por negarlas van a dejar de estar ahí. Este enfoque carece de rigor y su planteamiento simplemente no es científico sino arbitrario y acomodaticio.
Nosotros mismos, no somos muy racionales.... Formamos parte de una sociedad que se niega así misma una educación coherente, enajenada por un consumismo atroz que roe los propios cimientos de lo que somos. Una sociedad que no carece de nada pero sin embargo cada vez tiende más a la soledad, a la ansiedad y a la depresión.
Que no repara en sus cuestiones vitales y deja en manos ajenas las grandes decisiones de sus vidas. Que cree que democracia es sinónimo de que otros hagan...
En fin, por todo ello, no creo en la inteligencia del Ser Humano ni tampoco en la Era de la Lógica. Es por lo que a veces, embelesado en la ventana, miro los círculos imaginarios que trazan los pajarillos al volar y me pongo a pensar... en esos seres de los que hablaba al principio y que realmente sí son inteligentes. ¿Qué pensaran ellos de nosotros?.
2 comentarios:
Estoy deacuerdo en una cosa y en desacuerdo en otra. Veo que el ser humano es incapaz de llegar a eso que ha llamado sentido común. De hecho, el nombre que le hemos encontrado ni siquiera se corresponde con la realidad por ser realmente el menos común de los sentidos. Hasta ahí bien. Pero sin embargo yo creo que debajo de nuestra indescriptible conducta subyace la inteligencia. Sólo que nos empeñamos en usarla como instrumento para potenciar nuestros más profundos instintos animales: egoismo, envidia, orgullo, codicia... Personalmente creo que cuando alguien nos enseñe a dejar de volcar nuestros esfuerzos en "necesidades" tan superficiales y bajas, estaremos más cerca de esos extraterrestres que mencionas. Esperemos que cuando ese alguien aparezca no lo clavemos en una cruz. Un saludo.
TU MISMO LO HAS DICHO, "NOS EMPEÑAMOS EN USARLAS...", ESTO SOLO PUEDE SIGNIFICAR QUE NO TENEMOS LA INTELIGENCIA SUFICIENTE COMO PARA SUPERAR ESA PARTE ANIMAL QUE NOS GOBIERNAS DIGAMOS LO QUE DIGAMOS.
Y RESPECTO A QUE "ALGUIEN NOS ENSEÑE..." ME TEMO QUE NO VA A VENIR NADIE A ESTA LLAMADA DE SOCORRO PORQUE LA SELECCIÓN NATURAL ES LA QUE DECIDE QUIEN SE VA Y QUIEN SE QUEDA Y NO NINGÚN SALVADOR ADICIONAL A NUESTRA NATURALEZA TAN HUMANA. PERO EN ESO SI ESTOY DE ACUERDO CONTIGO, EL QUE VENGA SERÁ CRUCIFICADO PORQUE QUIZÁS NO ESTEMOS MUY INTERESADOS EN CAMBIAR NI EN EVOLUCIONAR
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